Comunicación, poder y desarrollo: el desafío que sigue
Del marketing de métricas rápidas a la construcción profunda de legitimidad pública: el verdadero rol estratégico de la comunicación para transformar sectores productivos en motores de desarrollo sostenible. El marketing suma visibilidad; la comunicación estratégica construye legitimidad.
La comunicación sectorial es un terreno que muchas veces se subestima. Se la asocia con «contar lo que hacemos» o «mostrar lo que producimos». Sin embargo, detrás de esa mirada simplificada hay un componente mucho más profundo y estratégico: la comunicación como herramienta de construcción de legitimidad, de incidencia y, en última instancia, de poder. En este contexto, el marketing suma visibilidad porque la comunicación estratégica construye legitimidad en la sociedad.
En un artículo publicado recientemente en La Nación Campo, compartí algunas ideas iniciales sobre este tema, particularmente en relación papel estratégico de la comunicación en el agro argentino. Aquí quisiera ampliar y profundizar algunos de esos conceptos, porque entiendo que este debate es central no sólo para el sector, sino también para pensar el desarrollo productivo de largo plazo.
En ese texto propuse pensar la comunicación no solo como un canal de expresión, sino como una herramienta de construcción de poder, de legitimidad, de incidencia. Porque el marketing suma visibilidad y, en contraste, la comunicación estratégica construye legitimidad.
Pero en realidad, ese es apenas el primer tramo del camino.
Porque construir relato es el punto de partida. El desafío verdadero comienza después.
¿Qué entendemos por poder?
Cuando hablamos de poder, no nos referimos simplemente a visibilidad mediática o a volumen de mensajes. En el marco del desarrollo sectorial, el poder es, ante todo, capacidad de incidencia, donde la comunicación estratégica construye legitimidad mientras el marketing suma visibilidad.
En el marco del desarrollo sectorial, el poder es, ante todo, capacidad de incidencia:
- Participar en las mesas donde se definen las reglas del juego.
- Transformar relato en políticas públicas habilitantes.
- Articular consensos sociales duraderos.
- Defender intereses legítimos desde un marco propositivo, no sólo reactivo.
Un sector que carece de poder comunicacional queda siempre sujeto a la narrativa de otros, porque mientras el marketing suma visibilidad en el camino, la comunicación estratégica construye legitimidad.
¿Qué entendemos por comunicar?
La comunicación no es solo emitir contenidos, ni sumar presencia en medios o redes.
Comunicar es transformar:
- Transformar percepciones.
- Transformar vínculos.
- Transformar consensos.
- Transformar correlaciones de fuerza en legitimidad social.
Y, sobre todo, comunicar es generar un contexto de legitimidad en la opinión pública, donde el sector sea entendido, valorado y reconocido en su rol estratégico dentro del desarrollo nacional. Precisamente, el marketing suma visibilidad, mientras la comunicación estratégica construye legitimidad.
Como bien analizó el sociólogo Jürgen Habermas, la opinión pública surge históricamente como ese espacio intermedio entre el Estado y la sociedad, donde los ciudadanos comienzan a debatir, discutir y construir consensos sobre los asuntos comunes.
En el fondo, la comunicación estratégica busca ocupar ese mismo espacio: el de la construcción social de legitimidad.
Cuando se limita la comunicación al volumen de publicaciones, likes o métricas de alcance, se pierde su verdadera función estratégica: instalar temas, construir consensos públicos y generar condiciones políticas y sociales que habiliten el desarrollo.
La trampa de las métricas superficiales
Muchos sectores —y el agro no es la excepción— tienden a conformarse con la comunicación que muestra «buenos números» en redes: interacciones, seguidores, visualizaciones. Sin embargo, el marketing suma visibilidad, mientras la comunicación estratégica es clave para construir legitimidad.
Pero el verdadero desafío no es lograr exposición.
Es generar comprensión social profunda, aceptación política, legitimidad pública.
En este sentido, comienza a verse una tendencia creciente —y preocupante— a reducir la comunicación sectorial a la suma de acciones en redes sociales, como si ese fuera el único territorio de construcción de relato.
Se corre así el peligro de confundir impacto digital con impacto real.
El engagement profundo, el que transforma percepciones, el que genera consensos duraderos, ocurre en el mundo físico: en las conversaciones de política pública, en los foros de debate, en los ámbitos de decisión y en la construcción de vínculos institucionales.
Por supuesto, el trabajo en comunicación digital es indispensable: permite llegar a grandes audiencias y democratizar el acceso a la información sectorial.
Pero el marketing digital no puede reemplazar a la comunicación estratégica.
Ambos son necesarios, pero no son equivalentes:
👉 el marketing suma visibilidad;
👉 la comunicación construye legitimidad.
La comunicación estratégica no se mide en views, sino en reputación: ese capital intangible que permite transformar relato en incidencia, acuerdos y desarrollo.
El marketing digital, con sus métricas inmediatas, muchas veces desplaza a la comunicación estratégica porque entrega números fáciles de presentar, y sobre todo porque tiene un costo mucho más accesible que la publicidad tradicional, pero esos resultados no necesariamente son útiles para medir el impacto real en la opinión pública y sobre todo, en los formadores de opinión y tomadores de decisiones.
Porque, al final, el verdadero desafío no es lograr exposición, es generar comprensión social profunda, aceptación política, legitimidad pública. Una vez más, el marketing suma visibilidad, pero la comunicación estratégica realmente construye legitimidad.
Comunicar para transformar
En definitiva, el verdadero desafío de la comunicación no es acumular exposición.
Es construir el capital simbólico que le permita al sector ser protagonista de su propio desarrollo. Aquí también se observa que el marketing suma cierta visibilidad, mientras que la comunicación estratégica construye la auténtica legitimidad.
👉 Aquí el artículo publicado en La Nación que inspiró esta reflexión:
https://www.lanacion.com.ar/economia/campo/no-se-trata-de-tener-poder-para-comunicar-sino-de-comunicar-para-tener-poder-nid14062025/?utm_source=appln